Quizás es una de las cuestiones más sencilla y a su vez mas difíciles de contestar. En la actualidad, cada vez con más frecuencia, hacemos uso de la introspección sobre estos temas como un refugio a la falta de sentido en la que a veces nos encontramos, a la falta de ayuda de cómo gestionar todo lo que nos acomete en caminos complejos.
Todos necesitamos un sentido en la vida, un sentido por el cual levantarnos cada mañana y no sentirnos perdidos. Un raciocinio para que cuando frenes la rutina y te halles en la inmensidad del tiempo libre no te encuentres perdido, sino que sigamos teniendo claro que somos y nuestro significado en la vida. ¿Cuáles son los motivos que enfundan mi vida?, ¿fácil o difícil?
Nos prepara para dejar atrás el vacío, sin perseguir el disfrute constante a través del egoísmo y con la aceptación clara de que en la vida; tanto la alegría como el dolor, la paz como la frustración o la felicidad como la tristeza son emociones que forman parte de la vida. Aceptarlo es una elección y tener consciencia quizás de la única verdad; que algún día marcharemos.
Dicen que el camino de una filosofía o una creencia son una buena fuente de virtud para despejar el horizonte y aclarar las ideas, tener fe en un proceso, en un sentido.
Las preguntas son diferentes para cada persona, pero en su mayoría es lo mismo ¿Cuál es mi misión, ikigai, motivo o razón de vivir?, ¿qué puedo yo ofrecer al mundo?
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